sábado, 24 de enero de 2015

Vila Nova de Cerveira (Viana do Castelo, Portugal)

Desde que salimos del centro de Viana do Castelo, ese día nos dedicamos a ver algunos de sus distritos más conocidos como CaminhaValença do Minho y Vila Nova de Cerveira. Como en la entrada anterior hablé del primero, hoy me toca hablar de éste último.

Nada más llegar, nos quedamos todas con la boca abierta porque por todos los rincones habían cosas decoradas con cachos de telas hechas a ganchillo: árboles, farolas, bancos, balcones, ventanas,... No sabemos si era porque estaban en fiestas o porque siempre está así, pero aquello daba un color distinto a este distrito pequeño. Lo más curioso es que no estaba hecho solo por personas mayores sino también por jóvenes ya que ahora se ha puesto de moda esta manualidad. Simplemente por ver toda esta decoración, merece la pena ir ya que es muy diferente a todas aquellas que hay en otras ciudades que únicamente se dedican a poner luces. ¡Alucinante!
Como nos entretuvimos mucho viendo todo lo anterior, nos dio tiempo a ver únicamente un par de cosas cuando paseábamos por sus calles:
  • La Plaza de la Libertad: En pleno corazón, se localiza esta emblemática que los fines de semana se encuentra muy animada porque esta rodeada de cafés y restaurantes y casi en el centro un gran obelisco homenaje a la Memoria que data del siglo XIX, con motivo de conmemorar la guerra peninsular y en defensa de las tierras del Miño y su frontera. En la plaza también se encuentra la iglesia matriz de San Cipriano y una bonita edificación cuya fachada está realizada totalmente en azulejos de color verde esmeralda y que hace poco tiempo que se reformó totalmente, dándole ese aspecto brillante y de esplendor.
  • El Jardín de Chagny: Estos jardines aunque es conocidos para los gallegos, porque actualmente se celebra la feria o mercadillo semanal a escasos metros, pocos saben de su nombre, de origen francés y, que hasta hace poco terminaron de remodelarlo con la construcción del moderno edificio que alberga el Archivo histórico de la ciudad. A la entrada preside los jardines una bonita escultura en piedra del "Ciervo" emblema de la ciudad y sobre el césped varias esculturas metálicas y coloristas, obra del artista luso José Rodriguez, conocido por otras esculturas en localidades como Melgaço, Monçao, etc. Al fondo el Auditorio reformado en el año 2004, en el que se celebran eventos varios, como conciertos, bailes y folcklore portugués, así como cualquier tipo de iniciativa festiva.

Realmente, hay poco más que visitar pero es muy agradable estar por esas calles viendo su belleza y admirando las labores que hace la gente. Además, no es una zona muy concurrida por lo que uno puede estar a gusto sin empujones, ni pisotones... Me encantó muchísimo su tranquilidad.

¡Un lugar para descansar!

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