martes, 6 de enero de 2015

Oporto (Portugal)

Después de comer en uno de los chiringuitos de las playas de Costa Nova, nos fui a Oporto para vaciar todos los tratos del coche en el alojamiento.

Nos costó mucho encontrar el albergue, tanto que se nos hizo de noche tras la larga búsqueda y eso que llegamos a la ciudad con tiempo de sobra para dar un paseo con la luz del día, pero como estaba todo atascado y las calles no tienen las indicaciones correctas, tardamos una eternidad en llegar al sitio.

Yendo con el coche por la Ribera hacia el albergue, vimos que había mucho ambiente puesto que también se le celebraban las fiestas patronales como en los pueblos anteriores y había mucha iluminación por la noche.
Cogimos un alojamiento barato puesto que el resto los precios eran desorbitados, y como siempre dicen "lo barato sale caro..." ¡qué razón tiene esta frase! Alquilamos una habitación en el Residencial Cristo Rei para un par de días y fue horroroso: estaba todo negro, negro, negro; además había chinches en la cama que me picaron todas, tuvimos que subir todo el equipaje hasta la habitación (íbamos cargadas como burras) y encima no había ascensor, la recepcionista no hacía más que burlarse de nosotras, la WI-FI del hotel no iba muy bien, el edificio estaba que se caía a cachos tanto por fuera como por dentro... Para nosotras fue todo pegas y aprendimos la lección para no guiarnos sólo por el dinero.

Al final, el paseo de ese día fue por la noche. Lo poco que vi, me pareció que estaba todo muy ruinoso; todo necesitaba un arreglo de un buen manitas: las contraventanas parecía que se iban a caer a la calle, los tiestos de los balcones de estaban de mírame y no me toques, la pintura de los edificios estropeada, los desagües caían desde cualquier sitio y en cualquier momento nos podían dar una ducha de agua sucia, etc. Lo primero que me vino a la cabeza fue que debido a lo oscuro que no veía nada, pero al día siguiente con la luz del sol observé que mis ojos no me habían engañado. ¿Cómo es posible que recibiendo tanto turista, la ciudad estuviera tan mal cuidada? Da muy mala impresión.

Nada más despertarnos, fuimos al Centro Comercial Via Catarina para desayunar tranquilamente antes de hacer turismo. Este centro comercial se encuentra en la zona más céntrica y comercial de la ciudad, cercano al Café Magestic (famoso porque aparece en diferentes películas y suele ir gente con dinero). Es un moderno edificio que ocupa toda una manzana, tiene diferentes accesos por las calles Santa Catarina, Fernandes Tomás y Formosa. Tiene varias alturas y casi 100 tiendas, además de un aparcamiento subterráneo muy útil para esta zona, ya que es toda ella peatonal.

Después, fuimos a la Plaza del Ayuntamiento porque desde allí se hacía un tour turístico caminando con una guía que explicaba todo. Esta señorita era una estudiante de la universidad de allí que ganaba dinero a través de las propinas que las personas le dábamos como agradecimiento por enseñarnos la ciudad y su cultura.

Había dos recorridos: uno por la mañana que nos llevaba por el centro histórico; y otro después de comer que nos enseñaba las afueras. En un principio íbamos a hacer los dos ya que así nos podríamos marchar sabiendo que nos mostrarían todo, pero el segundo no pudimos hacerlo porque empezó a llover y decidimos coger por la tarde un tren turístico que también recorría las calles de alrededor del centro y nos incluía una visita a un museo del vino.
  • La Praça da Batalha de Oporto, con el Teatro Nacional de Sao Joao a un lado y la Iglesia de San Ildefonso al otro, es un espacio abierto en el centro histórico de la ciudad. Un lugar de esparcimiento y de relax para los vecinos así como importante zona de tránsito en el día a día de la población. Merece la pena hacer un descanso y sentarse en sus bancos o en alguna de las cafeterías y observar como es la vida en la plaza.
  • La Torre Pitões se sitúa en el barrio de Batalha, en la zona alta de la ciudad, muy cerca de la Catedral y de la Fuente de Escura, al comienzo de la calle San Sebastián. Se la conoce como "torre de la ciudad" ya que en ella tuvo la sede el Gabinete de Historia de la Ciudad hasta 1.960. Es una torre medieval de dos pisos, de planta cuadrangular, que fue descubierta en los años 40 por las excavaciones realizadas en el entorno de la plaza de la Catedral, y restaurada según proyecto del arquitecto Rogério de Azevedo. Lo más destacable es el balcón de piedra de estilo gótico que hay en uno de sus muros. En estas excavaciones se encontraron también las ruinas del antiguo Ayuntamiento, junto a la torre.
  • Antiguamente el Teatro Nacional São João era conocido como Real Teatro hasta el año 1.992 en que fue adquirido por el Estado portugués, se localiza en el corazón de la ciudad de Oporto y muy cerca del centro comercial y financiero de la ciudad. Debido a su antigüedad el edificio fue restaurado entre los años 1.993 y 1.995. Actualmente el Teatro Nacional de São João es una entidad pública empresarial que ofrece espectáculos teatrales con obras de referencia clásica y contemporánea de repertorio dramático tanto nacional como internacional. En el ámbito teatral tiene como eje principal la defensa de la lengua portuguesa así como promover proyectos en coproducción con otros organismos de producción artística.
  • Una de las principales avenidas de Oporto es la de Los Aliados. Comienza en la Rúa Formosa y va bajando hasta la Plaza de la Libertad. Es una avenida muy ancha, con un paseo central muy amplio y peatonal, en el que hay varias esculturas, y a ambos lados del mismo los dos carriles de circulación (uno de subida y otro de bajada). A ambos lados de la Avenida se suceden multitud de edificios del siglo XIX, muchos de ellos ocupados por hoteles y pensiones. Una de las esculturas más relevantes de este paseo es la estatua ecuestre de Pedro IV, realizada por el escultor belga Antoine Calmels en 1866. La estatua está colocada sobre un pedestal de piedra, y mide diez metros de altura; representa al emperador montado a caballo y sujetando en la mano derecha la "Carta Constitucional".
  • La Fuente da Porta do Olival está muy cerca de la Torre de los Clérigos, se construyó hacia mediados del siglo XVIII al igual que el edificio en el que se aloja. En este lugar existió una de las puertas medievales de la ciudad. Hoy en día su uso es decorativo pero antiguamente sirvió de abastecimiento de agua para los habitantes de la ciudad.
  • La catedral de Oporto domina la ciudad desde la cima de su colina, en la parte alta de la Ribeira. Empezó a construirse en el siglo XII, aunque no se terminó hasta el siglo XIII. De estilo románico, durante su larga historia sufrió varias remodelaciones hasta llegar al aspecto actual donde se juntan románico, barroco y gótico. Destaca sobre todo el inmenso patio delante de la catedral, desde el que hay unas de las mejores vistas del casco histórico y de la parte nueva de Oporto, así como del río Duero. Lo mejor sin duda de esta sosa catedral son las vistas a la ciudad, siendo bastante más bonita la Iglesia de San Francisco.
  • Sin duda el Puente de Luis I es el más admirado y típico de la zona de la Ribeira, y uno de los emblemas de la ciudad de Oporto. Data de 1886, y fue diseñado por Teófilo Seyrig, discípulo de Eiffel, que había participado con él en el diseño del puente de María Pía. Por ello ambos son muy parecidos, con una impresionante estructura metálica de hierro, pero se diferencian en que el de Luis I tiene dos niveles, uno superior por donde circula el tranvía, y uno inferior para vehículos y peatones. Es un puente muy transitado, también por turistas que cruzan el río para visitar la población de Vila Nova de Gaia, que se encuentra al otro lado y está repleta de bodegas de vino. Me sorprendió mucho el ver que había varios chavales lanzándose al río desde el puente (hay 47 metros de altura), como divertimento, y formando un espectáculo que todo el mundo se quedaba mirando. Junto al puente de Luis I se encuentran los restos de los dos obeliscos de piedra que formaban parte del puente Pensil que había anteriormente y que fue sustituido por el de Luis I. Era un puente atirantado, construido en 1843 según diseño de Mellet y Bigot.
  • La zona más típica de la ciudad de Oporto se encuentra es el muelle de la Ribera, situado en la zona baja a orillas del río Duero. Es una especie de paseo marítimo pero fluvial, lleno de terrazas y bares con mucho ambiente y muy concurrido; también hay varias pensiones y hospederías, y el ascensor que sube a la zona alta, hasta la calle Mouzinho Silveira. A uno de los extremos se encuentra la Plaza de la Ribera, que era el centro de la actividad comercial de la ciudad desde el siglo XIV al XIX, donde se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de la Ô. Al final del muelle se encuentra el emblemático Puente de Luis I que comunica la ciudad de Oporto con la  Vila Nova de Gaia, donde se encuentran las bodegas de vino. A lo largo del muelle hay distintas empresas que organizan cruceros por el Duero, por lo que una de las estampas más típicas de este paseo son los llamados "rabelos", unos barquitos de madera construidos originariamente para el transporte de los toneles de vino. La Ribera es el lugar más típico de Oporto, que además fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
  • La Plaza de la Ribeira es de origen Medieval y eso se advierte en su trazado; construida en el lugar que en su día ocupó la puerta más importante que daba acceso a la ciudad y se ha convertido hoy en el corazón del pintoresco barrio que lleva el nombre de Cais da Ribeira. En sus orígenes la plaza disfrutó de una gran actividad económica debido a la existencia de un puerto fluvial cuyo intenso comercio se vio fortalecido por la existencia de tiendas de todo tipo y una gran lonja de pescado. El trazado inicial de la Plaza fue modificado en primera instancia a finales del siglo XV debido a un incendio que devastó la zona aunque en el siglo XVIII se realizó una transformación más profunda a cargo de Joao Almada y Meló. Esta Plaza es conocida por los portugueses como Praça Do Cubo, desde que se erigiese, en la década de los 80 una pieza escultórica de Jose Rodrigues conocida como “Cubo das Pombas da Paz”. Hoy día todavía suenan los pregones para anunciar la venta de frutas, legumbres y pescado que tienen lugar en los comercios que miran al Duero. Este tipo de actividad junto a la gran cantidad de locales de ocio y restauración que existen en la zona, convierten a este enclave en un punto de obligada visita.
  • Rodeado de las típicas casas de Oporto y de restaurantes y bares con terrazas, encontramos el llamado Cubo da Ribeira. En los años 80 se hicieron unos trabajos arqueológicos en la plaza y se descubrió una fuente del siglo XVII, la fuente se reconstruyó y fue coronada por esta pieza escultórica, obra de José Rodrigues, fue bastante controvertida pero hoy en día la gente conoce a esta plaza por el nombre de la plaza del Cubo y resulta impensable la plaza sin él. En el cubo están esculpidas unas cuantas palomas, que la verdad es que pasan bastante inadvertidas.
  • La Estación de Trenes de San Bento fue construida a principios del Siglo IX sobre los restos del antiguo convento de San Bento del Ave María. Aunque ya de entrada su fachada es señorial, la verdadera joya se encuentra en su interior: Un hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se retrata la historia de Portugal.

Todos estos monumentos fueron los que vimos tanto caminando como en tren y luego éste nos dejó al otro lado del río para poder visitar uno de los museos y hacer una cata de vinos: nos contaron cuánto tiempo dejan fermentar la uva para cada uno de los vinos, cómo se va cogiendo la tonalidad de cada uno de ellos, qué tipo de madera se debe usar para los toneles,... Fue todo muy curioso y bonito a pesar de que yo nunca tomo alcohol. Creo que merece la pena pagar este transporte ya que no es caro e incluye estas cosas.
Como podéis ver, tiene muchas cositas que visitar; pero si estuviera todo más cuidado luciría todo mucho mejor. Aunque si creo que vale lo suficiente como para hacer un tour por estas tierras.

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