domingo, 28 de diciembre de 2014

Amarante (Portugal)

Cuando despertamos en Vila Real, recogimos nuestras cosas y desayunamos rápido para poder ir a nuestra siguiente parada: Amarante.

Una vez que entramos en él, lo primero que nos llamó la atención es su centro histórico y con ello me refiero al valioso patrimonio arquitectónico y cultural que posee, es decir el emblemático Convento de San Gonçalo justo al pasar el puente es lo más espectacular de esta localidad, así como perderse por sus calles antiguas y estrechas por las que parece haberse detenido el tiempo.

El Convento y la Iglesia de San Gonzalo, fue fundado por el rey Joao III en 1.540, las obras concluyeron 80 años después por lo que la conjugación de diferentes estilos es evidente. La fachada de la iglesia es grandiosa, con 3 pisos dos renacentistas y uno barroco. Destaca la escalera de los reyes, con bustos de todos los reyes que patrocinaron su construcción. El templo está compuesto por dos claustros, en el altar de la capilla mayor, está la tumba de San Gonzalo.
El Parque Forestal de Amarante, se sitúa en las proximidades del río Támega que atraviesa esta localidad y ocupando más de cinco hectáreas de tierra, enteramente en el territorio de Cepelos. La plantación de árboles comenzó en el año 1.916 por iniciativa de Antonio lago Cerqueira, teniendo como principal objetivo la forestación de la sierra de Marão , donde suministra miles de árboles a partir del siglo pasado. Este parque forestal es muy buscado especialmente en verano, para la recreación, paseos y deporte, además alberga en este gran espacio especies de plantas importantes, tales como el ginkgo, que es considerado el árbol más viejo del mundo. En el interior del Parque tienen vivero propio con motivo de continuar produciendo muchas especies arbóreas destinadas a su plantación.

El Museo de Amarante está instalado en el Convento dominicano de San Gonçalo, fue fundado por Albano Sardoeira en el año 1.947 y uno de sus principales representantes es el pintor portugués Amadeo de Souza-Cardoso cuya obra es uno de los referentes más destacados de la pintura portuguesa, por ello se dice que fue el precursor del arte moderno. Como todo Museo que se precie el objetivo es divulgar el Arte, con mayúsculas, perteneciente a los siglos XIX y XX, de ahí que además de la exposición permanente, se realicen exposiciones temporales, temáticas o monográficas. De hecho el museo dispone de dos espacios para pequeñas exposiciones (diseño, fotografia, video) y otra sala para exposiciones temporales de mayor dimensión. Cada dos años el Museo organiza el Premio Amadeo de Souza-Cardoso que abarca varias expresiones artisticas.

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